NACIONAL/ ECONOMÍA
Kiriko
De Chacña a Lima
Pintando con Pasión y Lucha el Camino hacia el Progreso...
Si nos atreveríamos a preguntarle al presidente de la República, Ministro de Economía, Ministra de Inclusión Social y Desarrollo Humano y demás (buro)tecnocratas que polulán en el aparato del Estado ¿donde queda el distrito San Juan de Chacña?...evidentemente estos hombres -que no gobiernan -que no sintonizan ni están conectados con la realidad nacional provinciana, y peor aun que no tienen un perfil de estratega, estadista ni soldado, no podrán responder a esta pregunta sencilla, por falta de visión de (re)fundar una PATRIA ESTADO Y NACIÓN justa y libre, que de manera urgente necesitamos todos; pero si deben conocer y recordar a la empresa Anypsa por la marca o el símbolo-¿de su partido o banda?- como en tiempos de campaña política a la empresa, no para condonarle deudas ni para premiarle sino, para sacarle hasta el ultimo céntimo -como se dice en el argot de la Sunat-en (sobre)impuestos a esta empresa líder del mercado de pinturas, que gracias al esfuerzo y lucha de una familia de provincianos que vino desde el lejano y pobre distrito de Chacña(distrito de la provincia de Aymaraes del departamento de Apurimac) a Lima, para HACER PATRIA-como dicen-creando una empresa nacional líder en pinturas en el mercado peruano.Es gracias a ese tesón y valor provinciano, ahora ocupa un lugar en este difícil competitivo mercado para demostrar que si se puede hacer empresa como buen provinciano Aymarino. Aquí lea la entrevista, que concedió ante un periodista de un medio de la capital, habla de sus tristezas, tropiezos y triunfos que pasaron en sus inicios empresariales como ocurre a todo provinciano que viene a la capital a HACER y CONSTRUIR PATRIA PROVINCIANA en esta vida empresarial provinciana.
Desde acá mis mis saludos y felicitaciones a la familia Torvisco y a la empresa que esta dejando en alto a los provincianos apurimeños en el Perú.
Emprende Trome: Nevedo Torvisco cuenta los orígenes de Anypsa
Nevedo Torvisco habla sobre el éxito de su empresa.
Por: Katty Gines
“Los momentos difíciles y dificultades nos sirvieron para hacernos fuertes y luchar por salir adelante”, dice Nemecio Torvisco, quien quedó huérfano de padre cuando apenas tenía 4 años. Tuvo que aprender a trabajar la chacra en su pueblo, San Juan de Chacña de Abancay, para ayudar a su madre.
A los 9 años, emigró a Lima junto a sus seis hermanos y vendió golosinas en El Agustino para costear sus estudios. Con el pasar del tiempo, su hermano Alejandro lo ‘jaló’ a la empresa donde trabajaba y repartieron latas de pintura en bicicleta.
Al ver que había una oportunidad de negocios, los hermanos Torvisco reunieron sus ahorros, alquilaron un local y empezaron a preparar pinturas en una olla.
Ustedes son una historia de éxito, ¿es verdad que vendían latas de pintura y las repartían en sus bicicletas?
Sí, trabajamos en la empresa de mi tía y vendíamos las pinturas en una bicicleta.
En ese tiempo, ¿qué fue lo más duro que vivió?
Lo más duro fue la niñez, es difícil quedarse sin padre. Ayudábamos a mi madre a cosechar y cuando cargábamos la cosecha al caballo, el peso nos vencía y terminábamos con todo en el suelo, mi madre nos veía y lloraba.
¿Qué les inspiró a hacer empresa?
De niños decidimos salir adelante y teníamos que velar por nuestra madre.
¿Cómo se iniciaron el negocio de pinturas?
Mi hermano Alejandro trabajaba en una llantería, luego aprendió a hacer pinturas y en esa fábrica me jaló para que yo vendiera. Hicimos muchos clientes, quienes nos decían que hagamos un negocio.
¿Con qué capital lo hicieron?
Con nuestros ahorros. Empezamos con un local de 100 metros cuadrados y una ollita en el piso.
¿Es verdad que los estafaron?
Sí, con el alquiler del local en Santa Anita, pero salimos adelante.
¿Cómo fue su primera oficina?
Compré esteras y cerqué el lugar, luego conseguí un balde de aceite que me sirvió como escritorio y un galoncito de pintura que era mi silla.
Son una empresa familiar, ¿cómo toman las decisiones?
Nos hemos repartido las funciones. Alejandro es el gerente general, Prudencio se encarga de las ventas y yo soy gerente financiero.
¿Alguna vez hubo disputas o peleas por malas decisiones que se hayan tomado?
Hasta ahora no.
¿De dónde cree que le nace el espíritu para hacer empresa?
Por la necesidad, tuvimos una niñez muy sufrida y eso hizo que tengamos fuerzas. Ahora pisamos tierra, yo no me siento dueño de Anypsa, vivo en Comas junto a mis hermanos, que tienen sus casas al lado mío.
¿Con cuántas personas trabajan?
Con 600 personas.
En ese negocio hay altas y bajas, ¿la desaceleración de la economía les está afectando?
Sí, bastante. Hay incertidumbre en las constructoras, de quienes nosotros dependemos. El dólar sube, nosotros compramos los insumos en esta moneda y vendemos en soles.
¿Cuánto facturan actualmente?
Estamos llegando a los 240 millones de soles.
¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieren ser igual que ustedes?
Ser perseverantes, responsables, disciplinados y tener ambición sana. Cuando yo empecé, era pequeño; ahora soy más grande que las empresas antiguas, como marca somos número uno y ocupamos el segundo puesto como empresa.
¿Admira a algún empresario peruano?
Sí, a Dionisio Romero.
¿En qué gastan su dinero?
Reinvertimos en la empresa. Si me pongo a gastar, no viviría en Comas.
¿Es necesario tener un buen capital para iniciar un negocio?
No.
Ustedes son paisanos de Tulio Loza, de Abancaycito. ¿Han hecho alguna inversión en su pueblo?
En mi pueblo directamente no, pero queremos hacer una empresa.
¿Proyectos?
Queremos abarcar el exterior, pero nos falta el mercado local, más aun sabiendo que se vienen otras empresas y tenemos que hacer respetar la casa.
Fuente:Extraido del Diario El Trome
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