Kiriko
Una muestra mas del fracaso del "Modelo Económico" chileno de las AFPs...
La bancarrota de las AFP
A diferencia de lo que pueda sostener
cualquier defensor del sistema, los datos duros que publica PERIÓDICAMENTE LA Superintendencia de Pensiones dan cuenta que el sistema de ahoro forzoso,
inaugurado en 1981 por la dictadura, ha fracasado estrepitosamente.
Cuando en 1980 José Piñera Echeñique,
uno de los creadores de las AFP, anunciaba que el antigua sistema naufragaba
porque era incapaz de pagar pensiones dignas a los trabajadores despúes de una
larga vida de trabajo, la mayoría lo creyó. Toda la propaganda desarrollada,
conel resguardo y financiamiento dictatorial, hacía eje en las deficiencias y
supuestas debilidades del anterior sistema previsional.
Piñera, así como toda la cuadrilla que
formó parte del saqueo que se hizo a los trabajadores y que constituye la
expropiación más grande de la que se tenga memoria en la historia del país, son
de aquellos que se ufanan en defender la libertad como principio inalienable de
toda actividad humana, sin embargo, tratándose de derechos e intereses que
afectan a otros, poco importa la “libertad” si esta es funcional a sus
mezquinos intereses, ahí guardan silencio. En los hechos y con la firma del
director impusieron el D.L. 3.500 y acabaron con años de historia de la
Seguridad Social chilena que, a pesar de tener muchas insuficiencias, todas
eran posibles de corregir y mejorar.
No se pidió la opinión de los
trabajadores. Los “defensores de la libertad” protegidos por la peor tiranía de
nuestra historia se apropiaron del patrimonio de las cajas de previsión y se
dieron la tarea de configurar con los ahorros previsionales un mercado de
capitales que ha servido de financiamiento a los grandes grupos económicos del
país.
Actualmente las AFP administran aproximadamente US$160.000 millones, que representan alrededor del 60% del PIB, han obtenido utilidades espectaculares durante estos 32 años y logran a través de estos colocar directores en un sin número de sociedades anónimos.
Actualmente las AFP administran aproximadamente US$160.000 millones, que representan alrededor del 60% del PIB, han obtenido utilidades espectaculares durante estos 32 años y logran a través de estos colocar directores en un sin número de sociedades anónimos.
Este sistema no cumple con ningún
principio de la Seguridad Social, por el contrario, esclaramente un sistema de
ahorro interno que busca generar cuantiosos recursos financieros para ponerlos
al servicio del capital y no del trabajo.
A diferencia de las cuantiosas
utilidades que obtienen casa año los dueños de las AFP, los trabajadores cuyos
ahorros les pertenecen, logran las siguientes pensiones:
Promedio
actual del sistema:
$187.307
Promedio Retiro Programado: $123.223
Promedio Renta Vitalicia: $238.185
Promedio Pensión de Vejez que pagan las AFP: $115.669
Promedio Retiro Programado: $123.223
Promedio Renta Vitalicia: $238.185
Promedio Pensión de Vejez que pagan las AFP: $115.669
La
propaganda de Piñera y sus cuatro sofismas
José Piñera, al igual que Joseph
Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler, instaló una propaganda
sistemática financiada con recursos públicos y sin ninguna oposición para
imponer un sistema fracasado. “La propaganda opera sobre la opinión pública,
instala una idea, aunque sea falsa y prepara toda la maquinaria estatal paa que
esta logre la victoria”. Así pensaba Hitler. Piñera, especialista en la mentira
y manipulación de los datos, con el manejo total de la maquinaria pública y sin
ninguna oposición instaló las Administradoras de Fondos de Pensiones.
¿Cuáles
sonestos cuatro sofismas en que se sustentó la propaganda?
Primero, que la tasa de reemplazo sería
sobre el 70% (porcentaje de la pensión sobre la remuneración que se recibe
siendo activo); segundo, que el sistema era discriminatorio; tercero, que el
Estado dejaría de transferir recursos públicos a la previsión, y cuarto, que
los sistemas de reparto solidarios estaban quebrados.
1. Cuando se instaló la propaganda en 1980
para imponer este sistema, se dijo que la “tasa de reemplazo” sería superior al
70% de lo que el trabajador recibí al momento de culminar su vida activa. Una
falacia. Hoy, se pagan pensiones inferiores al 30% del sueldo promedio del
trabajador, inferiores al ingreso mínimo.
2. Se dijo que era discriminatorio porque
a fines de 1980 existían cerca de 30 cajas de previsión y tenían regímenes y
prestaciones diferentes. Así, en el Servicio de Seguro Social (SSS), donde
cotizaban los obreros se debía jubilar a los 65 años de edad y, como era el
sector más pobre, sus pensiones eran muy escuállidas. A diferencia, por
ejemplo, en la Caja Bancaria se podían jubilar a los 25 años de servicios o, en
la de empleados particulares (EMPART), que podían hacerlo a los 35 años de
servicios. Ciertamente había una discriminación, pero esta podía ser
perfectamente corregida, no se necesitaba un cambio estructural, de hecho el
propio Piñera la enmendó a través del D.L. 2.448 de Diciembre de 1978 que
uniformó los requisitos en los regímenes previsionales para las pensiones por
antigüedad.
Actualmente, la discriminación es
brutal, las FF.AA continúan con un sistema de reparto y hoy perciben pensiones
8 veces más altas en promedio que los pensionados por AFP. La discriminación de
las AFP haci las mujeres es brutal, son castigadas porque sus expectativas de
vida son mayores, reciben menos remuneraciones y se pensionan cinco años antes,
con lo cual su pensión es considerablemente menor al de los hombres.
Los trabajadores que permanecieron en el antiguo sistema, hoy IPS (Ex INP) reciben pensiones 4,5 veces superiores a los de las AFP.
Los trabajadores que permanecieron en el antiguo sistema, hoy IPS (Ex INP) reciben pensiones 4,5 veces superiores a los de las AFP.
Como se aprecia,e ste sistema es
altamente discriminatorio y a pesar de contar con todo el poder de la
dictadura, Piñera no lo corrigió, al contrario, lo agravó.
3. José Piñera, grandielocuentemente y
coherente con su concepción ultra liberal señalaba que por fin el Estado
dejaría de traspasar recursos del erario nacional para pagar pensiones a los
trabajadores, con ello se produciría un ahorro importante para el país y esos
dineros serían destinados a otros fines. Actualmente, el Estado concurre a
través de diversos medios a subsidiar las pensiones que las AFP pagan. Lo hace
a través del Pilar Solidario; a través del pago de las pensiones a los
trabajadores pensionados por el IPS (ex INP) (los que permanecen en el antiguo
sistema) y, lo debe hacer con el financiamiento de los bonos de reconocimiento
a los miles de trabajadores que al momento de la implantación del D.L. 3.500
tenían cotizaciones en las antiguas cajas de previsión.
4. Que los regímenes de reparto estaban
quebrados. Esta ha sido la estrategia comunicacional más utilizada hasta hoy,
responde al fanatismo de aquellos que ven en el Estado y en lo comunitario solo
males y que creen que solo la “iniciativa privada”es capaz de producir
“progreso”, de allí su delirio por defender a como dé lugar el “sacrosanto
derecho de propiedad”, pues bien, los sistemas de reparto, solidarios, sin
fines de lucro, administrados por organismos públicos operan satisfactoriamente
en la mayor parte de los países industrializados. Jamás quiebran. Lo que
ocurre, que cuando tienen desequilibrios en sus ingresos ajustan prestaciones
como ha ocurrido recientemente en Europa, reducen beneficios y/o aumentan las
edades para jubilar, pero nunca quiebran.
En esta misma dirección y con una
ignorancia supina, señalan que el factor demográfico afecta a los regímenes de
reparto. Nada más absurdo, las mayores expectativas de vida de la población no
debiera ser un problema, sin embargo, impacta de igual manera a los sitemas de
capitalización individual como a los sistemas de reparto, pues ambos deben
hacer frente a financiamiento por mayores períodos a los pasivos. En todo caso,
para Chile eso no es un problema dada la relación de activos/pasivos, pues
Chilecuenta con más de 10 millones de trabajadores, si sumamos los niños y
adolescentes, el sector pasivo que habría que financiar es mucho menor, permite
una relación de dos y medio activos para financiar un pasivo. Esto derrumba
otro sofisma, el de que los regímenes de reparto han quebrado.
En síntesis, el actual sistema de AFP
pagapeores pensiones, es discriminatorio, el Estado ha transferido muchos más
recursos que en el pasado (más del 60%) y los sistemas de reparto gozan de muy
buena salud. Cuatro sofismas instalados en dictadura por Piñera que se
propagandizaron al igual como lo hacía Goebbels en la Alemani de Hitler y que,
como todas las cosas, tarde o temprano se derrumban por el peso inexorable de
la realidas, como ocurre hoy en día con las miserables pensiones que pagan las
AFP.
La
solución
Muy simple, derogar el D.L. 3.500 y
permitir la creación de corporaciones de derecho público, administradas por los
trabajadores con aporte tripartito. Esto significa, como lo demandan los
trabajadores, la reinstalación de un sistema de seguridad social fundado en los
principios de la solidaridad y universalidad, sin fines de lucro y sustentado
en los sistemas de reparto.
Esto exige restituir inmediatamente el
aporte patronal que en todos los países de la OCDE los empleadores pagan. Chile
es el único país donde el empleador se desentiende completamente del
financiamiento de la previsión del trabajador, ello a pesar de que la
Organización Internacional de Trabajo (OIT) ha efectuado un sin número de
recomendacioneS y observaciones al Estado chileno para que cumpla con garantizar
uno de los derechos fundamentales de los trabajadores como es la previsión.
Actualmente existen los recursos
financieros suficientes para aumentar las pensiones mínimas al doble y
establecer un plan sostenido de mejoramiento de las mismas , existen los
recursos para resolver la deuda previsional de los funcionarios públicos y,
además, avanzar rápidamente a la creación de un sistema integral que considere
además otras prestaciones que el actual sistema de ahorro forzoso conculcó y
que eran parte total de la previsión, como es la salud y la vivienda,
prestaciones que las antiguas cajas desarrollaron con mucho éxito y sin costo
para el Estado.
Afortunadamente hoy, los trabajadores
cuentan con un impresionante monto de recursos. Sólo con voluntad política
puede ser implementado un nuevo sistema previsional que, de paso, ahorraría
recursos al Estado y pagaría mejores pensiones a los trabajadores.
Anualmente las AFP reciben US$ 6.570
millones por concepto de cotizaciones, estas y las compañías de seguros pagan
cerca de un millón de pensionesa un costo de US$ 3.930 millones anuales. Por
tanto se genera un excedente anual de US$ 2.639 millones, recursos suficientes
que facilitan la transformación total del actual sistema, permitiendo a los
trabajadores, en el marco de la libertad, tan defendida por los fanáticos del
monetarismo, optar por un nuevo sistema de reparto, solidario y sin fines de
lucro, que harían posible alcanzar la vejez después de años de trabajo de manera
digna y decente.
Por Luis
Mesina, Secretario General Confederación Bancaria
Fuente:REVISTA Le monde DIPLOMA TIQUE