Kiriko
EL PENSAMIENTO ULTRA
NACIONALISTA DEL ALCON-O GALLINAZO- CHILENO FRENTE AL FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE LA HAYA
J.Emilio Cheyre |
Doctor en Ciencia
Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid es Director
Fundador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica y
Profesor en diversas asignaturas y Facultades de la PUC.
En el período
2002-2006 ocupó el cargo de Comandante en Jefe del Ejército de Chile, liderando
el proceso de transformación del Ejército para el siglo XXI y desarrollando una
acción orientada a la plena normalización de la relación civil militar en la
transición política de Chile. En ese sentido se le reconoce transversalmente
como el militar que consolidó y concluyó ese proceso logrando la revaloración
del Ejército el que a partir de su gestión se considera como un patrimonio de
todos los chilenos y asegurando una Institución eficiente, moderna, apolítica,
participativa, respetada y querida por la sociedad de la cual forma parte.
Adicionalmente en su período de mando el Ejército de Chile se posicionó
como un actor en el ámbito internacional donde destaca su inclusión en los
foros del mundo, la participación en operaciones de paz, una presencia en todos
los continentes y la activa gestión en difundir el conocimiento militar en el
mundo moderno en países de la región y el mundo.
Expositor e investigador en foros e instancias nacionales e internacionales
en temas de Estrategia, RR II , integración en América Latina, crisis y
forma de enfrentarlas, liderazgo, DD HH. En esas materias ha expuesto en países
y centros de estudios de EE UU de A, Europa, América Latina y Asia.
Es casado hace 40 años con María Isabel Forestier Ebensperger
tiene tres hijos y diez nietos. Comparte con su mujer la vida de naturaleza, el
cultivo de plantas cuidando su jardín en Santiago y Frutillar donde hace
treinta años leen, hacen deporte y apoyan actividades culturales. Practican el
sky, el trote, la navegación a vela y caminatas.
El clima o tono
del vínculo entre nuestros países no ha sido todo lo positivo que debería ser
entre naciones hermanadas por la historia y, sobre todo, llamadas a buscar
caminos para el pleno desarrollo de nuestros pueblos en el futuro. Ésa es la
senda que tomaron los países que han alcanzado los más altos niveles de
crecimiento y bienestar, tras superar profundas diferencias, entre ellas dos
guerras mundiales con sus secuelas de destrucción y muerte.
Estamos próximos
a conocer, a través de los medios de comunicación, los alegatos orales que se
producirán ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya. Allí, las
defensas de Chile y Perú expondrán sus argumentos en el juicio que, ante ese
tribunal, se desarrollará luego de que la nación del norte impugnara el
actual límite marítimo con nuestro país.
No es el primer
episodio ante esta Corte relacionado con este diferendo. Durante los últimos
meses, desde que se inició el trámite, ambos países han presentado sus
argumentos en sendos y muy completos informes escritos. Son miles de páginas
con todo tipo de información que los jueces deberán conocer. Todo esto no
sale a la luz pública y, por tanto, chilenos y peruanos conocerán la disputa
sólo cuando se produzca la fase oral , así como las razones que cada cual
esgrime para defender posiciones, por supuesto divergentes, en relación a la
definición de nuestro límite.
Las primeras
semanas de diciembre estarán cargadas de noticias en las que se resaltarán
los aspectos que nos separan y se revivirán antagonismos. Sin duda, el
momento que he sintetizado será especialmente tenso, pero no será el primero
ni el último de estas características.
Dada la historia
que todos conocemos, la relación con el vecino país ha estado marcada por
controversias y demandas que han impedido un nivel de integración y relación
plenamente armónica. En la década de los setenta el diferendo del Beagle casi
nos enfrentó en una guerra con Argentina, pero la mediación de SS Juan Pablo
II fue clave en la solución del conflicto. Es pública la pretensión boliviana
de desconocer los tratados y pretender un acceso soberano al Pacífico, así
como la forma violenta con la que el Presidente Morales plantea el tema en
los foros internacionales. Respecto a Perú, se han sucedido diferendos y en
los últimos años ha surgido el ya reseñado.
Es por todo lo
expuesto que el clima o tono del vínculo entre nuestros países no ha sido
todo lo positivo que debería ser entre naciones hermanadas por la historia y,
sobre todo, llamadas a buscar caminos para el pleno desarrollo de nuestros
pueblos en el futuro. Ésa es la senda que tomaron los países que han
alcanzado los más altos niveles de crecimiento y bienestar, tras superar
profundas diferencias, entre ellas dos guerras mundiales con sus secuelas de
destrucción y muerte.
En esas
realidades, la buena vecindad, la armonía, el entender a los otros, la
definición de procesos de integración y la apertura a proyectos compartidos
ha sido clave para que cada país avance apostando a ganar, compartiendo
visiones y rechazando la fórmula de destruir, frenar o interponerse en el
camino del vecino.
Construir caminos
de esas características, estimo, constituye un gran desafío para nuestros
países. Un reto en el cual Chile tiene un rol que jugar. Una conducta
responsable, informada, racional, que defienda nuestros derechos en el juicio
de La Haya y ante los alegatos que conoceremos, constituye un momento clave
para demostrar un actuar de esas características. Sin duda también hay otros
espacios de la vida diaria, como por ejemplo concretar una relación positiva
con una cantidad cada día más importante de migrantes de distintos países que
llegan a Chile. Existen innumerables actos donde una buena vecindad y una
visión integradora pueden ser llevadas adelante, sin que ello constituya una
pérdida de nuestra identidad o una renuncia a nuestros derechos.
Pienso que actuar
de la manera descrita , sería una ayuda pequeña pero importante en el desafío
nacional de construir una relación a la altura del siglo XXI con nuestros
vecinos. Ello incidirá en mejorar las posibilidades de acceder a niveles de
desarrollo pleno. En esa tarea corresponde un papel fundamental a los
cristianos y muy particularmente a quienes forman parte de la familia de
Schoenstatt, que tienen un mandato de acuerdo a los principios a los que
adhieren y, adicionalmente, cuentan con un conjunto de ejemplos de vida y
formación que los llama a actuar como constructores de relaciones armónicas y
plenas en el ámbito de sus actividades personales y profesionales.
Por todo esto,
creo que es muy conveniente -tanto en el caso concreto de los tiempos que se
avecinan en nuestra relación con el Perú como en el futuro cercano respecto a
la búsqueda de un mejoramiento de nuestros vínculos con Argentina y Bolivia-
que reflexionáramos y asumiéramos el compromiso de fortalecer nuestra
identidad y cohesión como país, pero al mismo tiempo de trabajar para una
mejor relación vecinal.
Fuente:http://www.schvivo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=4142:buena-vecindad&catid=33:juan-emilio-cheyre&Itemid=5
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario