LETRAS
Kiriko
"LOS PLUMIFEROS DE TINTA Y PAPEL" DE LA NUEVA CORRIENTE LITERARIA (NEO)LIBERAL PERUANA:DEL TRONCO HASTA SU RETOÑO.
CUANDO NO, EN EL PERÚ ÚLTIMAMENTE ESTÁN PULULANDO-PROMOVIDO Y DIFUNDIDO POR LOS MEDIOS (DES)INFORMATIVOS- NOVELOIDES FRÍVOLAS QUE SE OCUPAN DE COSAS BANALES , DIVERTIZANTES E IDIOTIZANTES DE POCA MONTA; UNA ESPECIE DE "LITERATURA CORCHO" QUE NO ,TIENEN MUCHO PESO E IMPORTANCIA PARA EL BUEN LECTOR Y "DEBORADOR" DE LIBROS, DE ESCRIBIDORES PLUMIFEROS BLANCOIDES DE PELAJE Y DE APELLIDO.
HABER SI POR AHÍ,-PARA SER DEMOCRÁTICOS E INCLUSIVOS- NO HABRÁ UN ESCRITOR DE COLOR COBRIZO Y DE APELLIDO AUTENTICO Y ORIGINARIO COMO HUARANCCA, OSCCO, CCOLCCE,QUESPE, ETC. QUE NOS ESCRIBAN NOVELAS DE LA PROFUNDA REALIDAD PERUANA, COMO ARGUEDAS, VALLEJO Y ALEGRIA? POR QUE ÚLTIMAMENTE MUCHO SE HA "PROSTITUIDO" LA LITERATURA PERUANA.
De novela: lugares gastronómicos en el nuevo libro de Renato Cisneros
Todas las historias tienen escenarios. Dormitorios, oficinas, calles, discotecas y, cómo no, bares y restaurantes. “Nunca confíes en mí” de Renato Cisneros para detenerse especialmente en ellos
La historia de “Nunca confíes en mí”, la primera novela de Renato Cisneros recientemente publicada bajo el sello de Alfaguara, se inicia precisamente en un bar: en Huaringas.
Fue en la barra de este local miraflorino que Amanda y Gabriel, los personajes principales del relato, se reencontraron después de 15 años. Fue quizás bajo el efecto de los poderosos y traicioneros pisco sours que algo nació entre los dos y dio pie a la serie de acontecimientos que Renato empezó a narrar en su blog Busco novia y que terminaron convirtiéndose en un libro.
MARACUYÁ SOUR
Glenn Arana es uno de los barman de Huaringas. Desde hace unos ocho años, prepara cocteles en base a pisco (la especialidad de la casa) y de alguna manera es el autor de los “previos” de centenares de limeños y turistas.
Gleen nos cuenta que para cada vaso de 10 onzas se utilizan tres de pisco. “Quedan medio sonsas después de las tres onzas”, bromea Renato.
En su novela, Amanda ha ido al bar con sus amigas y toma unos maracuyá sours. ¿Cómo se prepara este trago? En la licuadora se ponen dos onzas de zumo de maracuyá, tres onzas de pisco quebranta -ese es el que Arana recomienda para estos casos-, un dash de zumo de limón (un cuarto de onza más o menos), una onza de garabe de goma y hielo. Se licúa y listo.
EL CEBICHE DE LA CONFESIÓN
“En la novela, Gabriel y Martín conversan en El Villano sobre esta historia clandestina que es el romance con Amanda, entre otras cosas porque este es el típico huarique que no es ni tan harapiento ni tan glamoroso como un restaurante. Nadie va a La Mar, a La Rosa Náutica o a La Costa verde a contar un secreto de amor”, explica Cisneros.
Lo que pidieron estos dos amigos, además de heladas cervezas, fue un cebiche de mero y conchas negras, plato que a decir de Javier López, chef y dueño de la cebichería, es conocido como “el clásico”: “Es un plato inspirador definitivamente por el ácido y el picante. Lo afrodisiaco está en la mente”.
EL CAFÉ DE GIANFRANCO
Un desayuno entre dos amantes. Eso es lo que sucede en el Café Gianfranco, según narra Cisneros en uno de los capítulos de “Nunca confíes en mí”.
En este lugar, el expreso se hace con cinco gramos de café y la se sirve a la barra. “Así es más rico porque no se oxida”, nos explica Gianfranco Dominichi.
Un buen café, de esos que al tomarlos generan un verdadero placer, sale de granos que están almacenados al vacío (su enemigo número uno es el aire); es aquel que se prepara y toma en el momento en una taza de cerámica, y que tiene una delgada capa de espuma marrón encima. Esos son algunos de los secretos que Dominichi compartió con nosotros.
ESCENA FINAL
“Cada uno de estos lugares goza de un aura determinada: El Café Gianfranco no es un café que esté de moda, al que la gente acude por la calidez del ambiente, por lo rico que es el café, porque es un espacio que te invita a conversar. Lo mismo pasa con El Villano. Huaringas me parece bacán por otro tipo de cosas, porque siempre hay un clima divertido”, explica Renato Cisneros.
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