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lunes, 4 de marzo de 2019

CULTURA/ ARTE

Kiriko

Pablo Milanés: "El reggaeton no es música: es recitar cosas groseras"

Crédito: ÁNGEL NAVARRETE /Diario El Mundo

Por: Inako Diaz Guerra/ Madrid.

Pablo Milanés. Bayamo, Cuba, 1943. Cantautor. Hoy toca en el Inverfest 2019 de Madrid, patrocinado por Hyundai. En los 60 lideró, junto a Silvio Rodríguez, la Nueva trova cubana y 50 años después aún tiene energía para sacar cuatro discos en un año. Eso sí, la música y la política actuales le ponen malo.

¿Qué relación mantiene un artista con canciones con las que lleva conviviendo décadas? ¿Aún las quiere? ¿Le aburren? ¿Se convierten en rutina?

Las quiero, las quiero. A unas más y a otras menos, pero a todas. Antes de dar a conocer una canción, tú ya has hecho una selección. Has escrito y roto papeles una y otra vez, hasta que das con lo que querías. Esa selección previa ya significa que la canción te complace. Todas las canciones publicadas, en definitiva, son preferidas tuyas.

¿Suele coincidir con el gusto del público a la hora de valorar sus canciones?

Desgraciadamente, siempre hay una o dos canciones en cada disco que son las que gustan al público y otras 10 que quedan en el anonimato y a mí me encantan. Al final esas canciones las escribes para ti mismo.

Hay artistas que acaban odiando cantar sus grandes éxitos. ¿Es su caso?

No, no. Mis canciones más conocidas me gustan mucho. Es increíble, porque no sé los miles de veces que la habré tocado, pero aún disfruto al cantar Yolanda. Disfruto de verdad. Lo que pasa es que uno siente también dolor por aquellas que son desconocidas y sigo intentando cantarlas en mis recitales, aunque sea correr cierto riesgo. El público merece conocer cosas que no ha oído nunca y yo no quiero acomodarme, que es un posibilidad a estas alturas de carrera.
Vivimos un 'boom' de la música latina a nivel mundial, pero, obviamente, son estilos que nada tienen que ver con lo que ustedes popularizaron hace 40 años. 

¿Le interesa el fenómeno del reggaeton y derivados?

No. Si acaso, me interesa en el sentido de analizarlo y criticarlo. La música de hoy se ha comercializado tan absolutamente que ya no es música. Diría que el reggaeton es un recitativo de cosas, a menudo, groseras. Ya no tiene nada que ver con la música. Lo que están haciendo son monólogos. Cabe más dentro del teatro que dentro de la música... si es que el teatro los admite.

Para quien, principalmente, cantó al amor y a la revolución, ¿resulta frustrante cómo se tratan ahora estos temas en la música?

No se tratan, los evitan. La vida es la misma y la situación social y cultural del mundo es la misma. Sigue habiendo cosas para expresar que generen un sentimiento de amor y de lealtad al ser humano. Todo eso se está traicionando. Ahora hablan de cosas que nada tienen que ver con eso, que son superficiales y groseras. Evaden todas las razones de la existencia del ser humano. Me parece lamentable y me parece más lamentable aún que haya compañías internacionales que estén apoyando eso, que estén inventando a diario pseudoestrellas que se desinflan rápido, pero da igual porque inventan otra, otra y otra. Así el mercado no se agota, porque hay una cadena de artistas, emisoras, televisiones y compañías que no cesan de especular.
Cuatro de sus hijas se han dedicado a la música...
Más, más. Tengo otro mayor y otro pequeño que también. Ha sido espontáneo, porque ninguno tomo consciencia de quién yo era y lo que hacía hasta los 12 años.

¿Y ninguno ha elegido estos estilos que no le gustan?

¡Cómo que no! Un hijo mío hace rap. Antonio, de 18 años. Tiene una formación clásica, pero le dio por el rap. Y yo no me opongo a eso, siempre que sus textos sean admisibles. Está creando una serie de melodías alrededor del rap que, para mí, son algo innovador. En fin, yo hubiese querido otra cosa, pero ¿qué le voy a hacer? Son los tiempos y las influencias y contra eso no se puede hacer nada.
Usted fue durante muchísimo tiempo un gran defensor de la Revolución cubana y del castrismo, aunque tuvo sus más y sus menos en los últimos años.

 ¿En qué punto está su relación con Cuba?

Yo soy residente y ciudadano cubano. Vivo allí con mi familia, aunque como mi mujer es española venimos a menudo. Amo a mi país y, por favor, no caigamos en una conversación política porque no quiero hablar de eso.

 ¿Por qué alguien que siempre ha hablado abiertamente de política ya no quiere tratar el tema?

Me he cansado. Actualmente considero a los políticos lo contrario de lo que es un revolucionario. No me cuesta hablar de Pepe Mujica, de Nelson Mandela... Pero, fuera de ellos, no encuentro nadie al que se le pueda incluir en lo que debería ser un político y es un revolucionario.

¿Tampoco a Fidel Castro?

Él fue un hombre, nada más.

¿Y usted?

Yo soy un revolucionario. No soy otra cosa. Un hombre de izquierdas revolucionario y creo que ya me muero así. Los revolucionarios no cambian. Esa es la esencia. Y cuando un revolucionario se convierte en un político y hace concesiones, se traiciona a sí mismo. Ya no es revolucionario.

Dijo en una ocasión que desconfía de los dirigentes que superan los 75 años. 
Usted va a cumplir 76. ¿Nos podemos fiar de los músicos de esa edad?

Sí, claro. Al menos mientras tenga facultades, que es el problema. Yo considero que aún las tengo y cantaré hasta que, por lealtad a mí mismo, vea que ya no puedo más.

¿Se vuelve uno perezoso con los años? ¿Alguna vez piensa que para qué se va a poner a trabajar y componer, si cantando Yolanda ya lo tiene hecho?

¡Qué va, qué va! En 2018 hice cuatro discos: uno de salsa, otro de canciones tradicionales cubanas, otro con un pianista con el que trabajo hace años y otro en inglés. Imagina tú si me quedan fuerzas y voluntad para seguir trabajando. Todo eso aparte de los conciertos, que voy a cualquier pueblo del mundo donde me inviten. Aún me queda energía.

Extraído de Entrevista Final de El Diario El Mundo
CULTURA


Kiriko



Alicia Maguiña: "Nunca he cantado adefesios, siempre me he fijado en las letras"


Alicia Maguiña: "Nunca he cantado adefesios, siempre me he fijado en las letras"
Foto: Diario El Correo
Compositora, intérprete e investigadora ha publicado suautobiografía Mi vida entre cantos, donde cuenta su exitosacarrera en la música

Alicia Maguiña nunca tuvo miedo de decir lo que piensa, sin retoques, ni medias verdades. En un país de apariencias esto es peligroso, la polémica siempre será una compañera permanente. Hoy, a sus 80 años, más lúcida que nunca, sigue siendo valiente y frontal y no tiene reparos en aclarar lo que se comenta de ella y no le gusta. “Dicen que hace algunas semanas, en la presentación de mi libro Mi vida entre cantos, dije que los hijos de los compositores no tienen autoridad para hablar de música criolla y eso es falso. Lo que dije exactamente fue que a mí me parece que los hijos de los artistas criollos fallecidos no deben hablar de lo que no conocen. No he dicho que no canten, que no toquen, que no hablen de las anécdotas de sus padres o madres, pero los hijos de Alberto Haro, Eduardo Márquez Talledo, Lorenzo Humberto Sotomayor, por ejemplo, no se ponen a analizar sus letras o hablan del proceso de creación de sus valses, que es tan personal y único. Ni Carmencita Pinglo cuando vivía hacía eso, nadie. Eso es lo que dije y pienso”.

Aclarada la polémica, ¿por qué crees que en lugar de empezar a leer tu libro, muchos tratan de buscar el enfrentamiento?
Porque la gente es muy vacía, deberían haber leído el libro y enterarse de las cosas que digo no de mí, sino de la marinera limeña, del tondero, de la tunantada, cómo describo lo que he vivido y qué trato de transmitir.
Mucha gente pensaba que Mi vida entre cantos iba a ser la autobiografía de una vida intensa y más ligada a lo personal... 
Todos pensaban que solo iba a hablar de mi matrimonio con Carlos Hayre.
A propósito, en el libro aclaras que él no fue influyente en tu carrera musical... 
Muchos creen que él me hizo. Cuando empiezo a trabajar con Hayre, que si no me equivoco fue en el año 1966 o 1967, ya había escrito “Indio”, me lo había grabado Olga Guillot, Toña La Negra, Daniel Santos, también había escrito “Viva el Perú y Sereno”. Reconozco que haber trabajado con Hayre, a cualquier intérprete de la canción, sobre todo costeña, era un gran apoyo, pero él no me enseñó nada. Cuando lo conocí, yo sabía a cabalidad lo de la marinera limeña y, es más, lo conozco desde mi primera grabación en Sono Radio.
¿No te daba ni siquiera consejos? 
Yo escogía mi repertorio. A mí no me daba consejos. Cuando Óscar Avilés se reencuentra conmigo (había sido su alumna cuando tenía 14 años), me dice: “Estás cantando más agudo de tu tono de voz. Tú tenías un dulce registro, vamos a bajar los tonos para que sea más natural”. Lo acepté y salió lindo. A mí nunca me dijo Carlos Hayre que cantaba muy alto y que vocalice mejor. No. Él no se metía.
Hablando de Avilés, en un capítulo de tu libro sobre la marinera limeña, que es casi un tratado, hasta le enmiendas la plana... 
Pero con respeto y básicamente sobre cómo se compone una marinera limeña, porque él siempre fue un maestro.
Y admites también que Chabuca Granda no fue una influencia en tu carrera... 
Chabuca me llevaba 18 años, siempre la he admirado y la sigo admirando como a otros, pero ya dije suficiente sobre ella. Hay artistas actuales que he oído que dicen que ella hasta tenía aura; creo que están como santificándola. Como compositora, Chabuca no me trataba como lo hacía con las cantantes, que hay varias que dicen que las ha ayudado.
Y sabrosa esa anécdota que cuenta en Mi vida entre cantos sobre el origen de la marinera con resbalosa “Dale, toma”, que la escribió luego de un encuentro poco grato con Chabuca Granda, en la que una muy joven Alicia se siente “ninguneada”. “Si tanto crees que sabes (toma, toma, toma), contéstame esta jarana (dale, dale, dale), qué pasa que no respondes (toma, toma, toma)”.
¿Ya no sales a jaranas, Alicia?
Es que no hay como a las que iba. A la casa de La Valentina, Luciano Huambachano, aunque realmente de verdad nunca he sido bohemia.
¿Y sigues enseñando a bailar marinera limeña? 
Hasta ahora, pero voy a parar porque ya no tengo paciencia. Soy vehemente, a veces tengo que fingir, pero en el fondo me provoca darles un pellizcón porque no todos los que vienen tienen condiciones.
¿Has dejado de componer?
Sigo haciéndolo, tengo valses, marineras. Me falta ponerle una resbalosa que le debo entregar para que la grabe Carlitos Castillo.
¿Cómo vamos con el ego?
No me creo lo máximo, siempre he sido mi principal crítica, pero eso sí, toda la vida me he hecho respetar y le he tenido mucho respeto al público. Nunca he cantado adefesios, siempre me he fijado en las letras.
¿Eres nuestra última diva de la música popular? 
Para nada, siempre recuerdo lo que me decía mi mamá: “Alicia, tú eres diferente”.

Datos

- 2 hijos tiene la artista Alicia Maguiña. Uno vive en Vancouver.
- En 1956, compuso su vals “Inocente amor”, que se estrenó por Los Troveros Criollos.

Perfil




Compositora e intérprete. Nació en Lima el 28 de noviembre de 1938. Entre sus éxitos como autora se encuentran “Soledad Sola”, “Indio” y “Viva el Perú y Sereno”, entre otros.

Extraído de El Diario El Correo