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miércoles, 29 de abril de 2015

ECONOMÍA

Kiriko

De "modernidad liquida" a modernidad liquidada...
Una entrevista sobre la situación de la pobreza & riqueza en el mundo, a uno de los pensadores mas lucidos de los últimos tiempos.

Zygmunt Bauman: «La distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes»

Zygmunt Bauman: «La distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes»


Lúcido, cordial, directo y ágil. A sus 89 años, el sociólogo polaco Zygmunt Bauman entró en la abarrotada Fundación Rafael del Pinocomo si una estrella del rock intelectual hubiera desembarcado en Madrid. El público no perdió ripio de este pensador, padre de la modernidad líquida, empeñado en pensar esta época sin corsés ideológicos. Catedrático emérito de sociología en Varsovia, abandonó su país natal en 1971 a causa de una oleada antisemita. Profesor en Leeds, Tel Aviv y la London School of Economics, su alejamiento del comunismo no le ha hecho abrazar acríticamente el mercado, al contrario.
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, su última obra, «¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?», que publica Paidós, como casi toda su obra, hace acopio de multitud de datos para demostrar que el sistema económico vigente potencia y perpetúa la desigualdad: «Está entre nosotros para quedarse», y que está pauperizando la clase media: «La distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes».
—¿Es «¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?» un intento de demostrar que la mano invisible no funciona, que el mercado no es tan sabio como presume?
—Es interesante lo que plantea sobre el papel de la mano invisible, pero hay que tener en cuenta que Adam Smith lo escribió en un contexto muy diferente. Lo que ha pasado recientemente, en los últimos cuarenta años, desde los años setenta del siglo pasado, es que la mutua dependencia entre empleadores y empleados se ha roto de forma unilitateral. Hasta entonces los empleados, los trabajadores, dependían de sus jefes para poder vivir. Pero al mismo tiempo los jefes también dependían de sus empleados. Era una dependencia mutua. Y en las ciudades donde se levantaban las grandes fábricas una gran parte de la población era una especie de ejército de reserva de trabajadores. Hablando de este «ejército» de reserva, listo para volver al servicio, ocupar los puestos de trabajo uando fuera necesario, los «generales» encargados de ese ejército de reserva se preocupaban del estado, de las circunstancias en las que vivían esos desempleados. Cierto que no estaban en servicio de momento, pero podrían necesitarlos. De ahí que hubiera un servicio social, una serie de atenciones, educación, alojamiento… Sobre todo después de la Gran Depresión, con el desempleo masivo, y especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, se creó el estado de bienestar.
Lo que sin embargo me gustaría resaltar es que la introducción del estado de bienestar no fue fruto de una decisión partidista, había un consenso general en la opinión pública, entre la izquierda y la derecha, porque la mayoría estaba de acuerdo en que o bien mantenías a tu población en buen estado o bien serías derrotado en la próxima guerra o en la próxima batalla comercial con otros países. De tal manera que la mano invisible del mercado podía funcionar a favor de controlar las fuerzas en presencia. De hecho, entre los años cuarenta y setenta la desigualdad se redujo en toda Europa.
Eso cambió a raíz de las políticas económicas que se empezaron a poner en práctica en los años setenta, como la desregulación, la privatización, subcontratando obligaciones del Estado en el mercado (como proporcionar pensiones, educación, servicios sanitarios y prestaciones por el estilo). ¿Y por qué ocurrió esto? Porque los jefes, los propietarios del capital, los dueños de las empresas, vieron que ya no entraba dentro de sus necesidades e intereses ocuparse de los vecinos, de los locales, de los habitantes de su país. Se sintieron libres para ir donde quisieran buscar mano de obra, en lugares alejados de Madrid o de Barcelona, por ejemplo, donde no tuvieran que preocuparse de las pensiones o la seguridad social de los trabajadores, y donde habría huelgas para defender los salarios y los derechos consolidados de los empleados. Se dieron cuenta además de que era fácil hacer negocios, porque todos los datos los tenían en sus ordenadores portátiles, en sus teléfonos inteligentes, y se llevaron el trabajo a otra parte. De tal forma que se creo una dependencia unilateral. Los indígenas, la gente que vivía en los viejos países, todavía dependen de los dueños del capital para conseguir un trabajo, pero los jefes ya no dependen de esos trabajadores. De tal modo que la mano invisible del mercado empezó a funcionar de otra manera.
—¿Es decir, que al final mis padres tenían razón cuando me dijeron que siempre habrá pobres y ricos?
—Me temo que sí, que tenían razón, y que la desigualdad está entre nosotros para quedarse. Tenían razón. El problema es si la cuestión de la desigualdad está bajo control y si podemos aplicar medidas para mitigar estas diferencias entre el modus vivendi de ricos y pobres. Y los datos nos dicen que la distancia entre pobres y ricos está agrandándose a un ritmo sin precedentes. Las 85 personas más ricas del mundo poseen una riqueza que equivale a la que suman las 4.000 millones de personas más pobres del mundo. Es increíble: el 85 frente a 4.000 millones. El 90 por ciento de toda la riqueza producida en el mundo después de la gran crisis que se inició en 2007, con el colapso del crédito y la amenza de desaparición de bancos si no eran recapitalizados con el dinero de los que pagan impuestos, se la han apropiado el 1 por ciento de las personas más ricas de la Tierra. Y no solo los pobres, los proletarios, ni tampoco la clase alta, sino la clase media no solo ha visto cómo disminuían sus ingresos sino también sus perspectivas de mejora. El nuevo fenómeno que tenemos ante nosostros es precisamente la desaparición del futuro para esta clase media, de sus expectativas de progresar. Incluso el trabajo es un bien que se ha instalado en el terreno de la incertidumbre, seguirá desapareciendo. Puedes haber estado trabajando treinta, cuarenta años para una empresa, y de repente se produce una fusión, y enseguida corta la mano de obra sobrante. Suben las acciones de la nueva firma y tú te encuentras sin empleo en una sociedad donde los mayores de cincuenta años no tienen la menor esperanza de volver a conseguir un trabajo. Por otra parte, y aquí estamos hablando de España, tienes a un cincuenta por ciento de los jóvenes titulados que no tienen trabajo…
—Pero al mismo tiempo el Gobierno español y la Unión Europea siguen insistiendo en que es necesario reformar el mercado de trabajo y aumentar la desregulación porque dicen que es la única manera de conseguir que haya más trabajo…
—Eso es absolutamente falso. Forma parte de una leyenda, de una falseadad que ha sido introducida en la mente del público: que si los ricos se hacen más ricos eso será beneficioso para todos. Y no es así, no ha ocurrido.
—¿Es una quimera?
—Nunca ocurrió. La mayor parte de la economía hoy es puramente monetaria. El dinero trae más dinero. Todas las transacciones que se producen en la bolsa, en el mercado de valores, y que afectan a la vida de personas como usted, no tienen el menor interés en la economía, en las condiciones de vida que afectan a gente como usted, que no son capitalistas, que no juegan en la bolsa. Hay un creciente golfo de separación entre los que juegan a la bolsa, entre el mundo de las altas finanzas, y la gente que hace cosas, los empleados que sirven a la mayor parte de la población. La naturaleza del juego ha cambiado por completo, y eso no es algo que haya ocurrido de repente y de lo que nos hemos dado cuenta de la noche a la mañana. La desigualdad ha estado entre nosotros desde el comienzo de la especie humana. Pero ese no es el problema, el problema es el carácter diferente que está adoptado, y lo peor es que no hay hoy día forma de controlarla, de mantenerla a raya.
—¿Y qué ocurre entonces con los políticos? ¿Están al servicio de los trabajadores, de la población en general, o son asalariados de las grandes finanzas?
—Ellos se mueven en un doble obediencia. Desde 1648, tras la paz de Westfalia, en donde se creó un nuevo orden político en el centro de Europa, un concepto de soberanía basado en que los gobernantes de cada territorio tenían la capacidad de decir a la población bajo su mando en qué dios deberían creer, arrancó el periodo de construcción de nuevos estados, en los que la religión era sustituida por la nación. Resultó muy bien en cuanto a la independencia territorial de los estados, la habilidad de promover el autogobierno de un territorio. Pero ahora las reglas del juego han cambiado por completo. Porque vivimos en la interdependencia, no en el de la independencia. Formalmente, nominalmente, los Estados siguen siendo soberanos en lo que concierne a su territorio, pero en la realidad ya no lo son. El problema no es que los políticos sean corruptos; algunos lo son, pero no todos lo son. El problema no es que sean estúpidos; algunos de ellos lo son, pero no todos. El problema no es que sean miopes; algunos de ellos lo son, pero no todos. El problema fundamental al que todos ellos tienen que hacer frente, sean corruptos, estúpidos o miopes o no suficientemente sabios, es que están sometidos a una doble obediencia. Por una parte, son los gobernantes de un territorio concreto, y los ciudadanos de ese territorio les eligieron precisamente para que gobernaran, por lo que están obligados a escuchar a su electorado. Tienen que tener en cuenta lo que su electorado les demanda. E incluso deben prometerles que trabajarán para ellos, que satisfarán sus necesidades. Sin embargo, lo que a menudo se ven obligados a hacer es que tienen que mirar en otra dirección: cuáles serán las consecuencias de sus decisiones en el mercado global o, como esta de moda decir hoy día, la reacción de los inversores globales. En otras palabras, la libre circulación, emancipada de todo tipo de control político, del mercado financiero. Los viernes deciden cómo mejorar la situación del país y para ello adoptan una serie de medidas, pero el fin de semana no pueden conciliar el sueño, porque temen que el lunes, cuando vuelvan a abrir las bolsas, un nuevo cataclismo en los mercados puede llevar al traste con todos sus planes, con un nuevo colapso del Estado que ponga en fuga a los capitales.
—¿Quizá lo que les está pasando a muchos gobiernos es que acaban de despertarse y de darse cuenta de que tienen mucho menos poder del que pensaban, del que solían tener?
—Esa es la cuestión. Ellos tienen que maniobrar constantemente.
—¿Cómo de acertados o erróneos eran los análisis de Marx? ¿Le resultan todavía útiles para usted?
—Muchas de las predicciones de Marx se demostraron equivocadas, en parte por la influencia de sus propias predicciones. Como la idea de la profecía autocumplida. La profecía de que habrá una catástrofe, la gente se lo cree y toma medidas para prevenirla. Y eso es exactamente lo que ocurre. Marx habló de la pauperización del proletariado, y que eso llevaría al proletariado a las calles y desencadenarían Una revolución. Creo que la gente inteligente entre los dueños de los recursos escucha atentamente y toma medidas. En el siglo XIX, en Inglaterra, se adoptaron medidas para mejorar las condiciones de los obreros, sus pensiones, el derecho a afiliarse a sindicatos y a declarse en huelga para defender sus derechos. Todo ello estaba orientado a mejorar las condiciones de vida de la clase obrera. Se acabó incrustando en la mentalidad de la gente la necesidad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo dentro del propio sistema capitalista, sin cuestionar el propio sistema. Entonces llegó la revolución bolchevique, que partía de la idea de que todos somos iguales, lo cual no es cierto, pero es lo que la gente creía, o quería creer.Y se logró que dejara de haber desempleo, eso es cierto. Se proporcionó educación para todos, lo que también era verdad. Y había sanidad gratuita para todos. Y eso también era verdad. Al otro lado del Telón de Acero, la gente veía lo que había y tomaba precauciones. En respuesta a esas realidades hay que contar el New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt, el estado de bienestar en buena parte de Europa…
Ahora, con el colapso del bloque soviético, no hay alternativa, el capitalismo se ha quedado solo en el campo de batalla, sin enemigos a la vista, hasta el punto de que muchos gobiernos buscan ávidamente nuevos enemigos para mantener la vigilancia y la unidad de la población. Pero lo cierto es que no hay un sistema alternativo, y desafortunadamente no hay nada que constriña, que limite algo que es endémico a un sistema que está basado en la competencia: la codicia, la codicia, que pretender sobreponerse, derrotar a los otros, y la escasa sensibilidad hacia el destino de los desafortunados, de las víctimas causadas por tu propia actividad. Es una nueva situación, que surgió tras la caída del Muro de Berlín. Por primera vez en ciento cincuenta años las predicciones de Marx podrían hacerse realidad, no solo en lo que se refiere al proletariado, sino a la clase media, que ha visto cómo se ha ido deteriorando, pauperizando, su nivel de vida, perdiendo tanto su nivel de ingersos como su percepción de la seguridad, la quiebra de su sentimiento de pertenencia, de formar parte de una comunidad, de contar con instituciones que se preocupen de ellos cuando sufran una catástrofe individual, el temor a que se reduczan o dierctamente se supriman las prestaciones de desempleo, de trabajar más años para disfrutar de pensiones más…
De repente, el suelo ha empezado a temblar bajo nuestros pies. De ahí, de esa inquietud, han surgido movimientos como el de los indignados en España, buscando de manera febril nuevas formas de participar en política, porque han perdido por completo la fe en las instituciones políticas establecidas. Lo cierto es que el sistema ha dejado de cumplir sus promesas, de cumplir con sus obligaciones.
 —Entonces, ¿qué hacer?
—Mi explicación es que en el origen de todos estos problemas que estamos atravesando, en la liquidez de los cimientos de esta situación, descansa en un acontecimiento, el divorcio entre poder y política. El poder se puede definir como la habilidad de hacer cosas, y la política es la decisión sobre las cosas que se deben hacer. Hace medio siglo todo el mundo estaba de acuerdo, poder y política residían en manos del Estado soberano. Ahora, desafortunadamente -o afortunadamente, depende del punto de vista que adoptemos-, la soberanía del Estado territorial se ha convertido en una ilusión. Cierto que los Estados cuentan con algunos poderes que pueden corregir algunos aspectos de la realidad, pero las cuestiones esenciales que afectarán a las perspectivas en la vida de tus hijos y a tus nietos quedan más allá de los poderes del Estado soberano, del Estado territorial, están sometidas a fuerzas globales. El sociólogo Manuel Castells lo denomina de manera brillante como «espacio de flujos», es decir, son movimientos que surgen aquí y allá completamente al margen de la planificación de cualquier fuerza política. Representa el divorcio entre poder y política.
Por una parte tienes poderes libres de cualquier control, por la otra tienes políticas y políticos que carecen por completo de poder. De ahí que la vieja gran pregunta acerca de qué es lo que debemos hacer, creo que la pregunta no es tanto esa. Más o menos sabemos lo que es preciso hacer, que debería ser volver a casar poder y política. La política debería recrear su control del poder, y el poder debería estar sometido al control de la política. Pero la verdadera gran pregunta, para la que yo no tengo la respuesta, es quién va a hacerlo. Ese es el problema. Porque los Estados-nación fueron creados por nuestros abuelos y bisabuelos para servir a la independencia de los Estados soberanos, pero ahora nos encontramos en una nueva situación de interdependencia. Y si bien resultaron útiles durante décadas como Estados independientes, lo cierto es que han dejado de ser útiles en la era de sociedad global, a la hora de controlar la interdependencia global de las sociedades. Es la gran cuestión del momento. Ante esto hay todo tipo de propuestas. Ninguna de ellas resulta del todo convicente. Unas muestran su entusiasmo por las nuevas clases educadas con la llegada de la informática y de internet, en el que todos se pueden comunicar con todos, pero el problema es que no es así, que todos se intercomuniquen.
Internet provoca más divisiones que unificaciones
Internet provoca más divisiones que unificaciones. Si recorres las calles de Madrid no puedes evitar el hecho de que estás viviendo en una sociedad global, porque te cruzas con gente variada y diferente, ves la multiculturalidad, te cruzas con muchos extranjeros, con personas que piensan de manera distinta a la tuya. Eso ocurre cuando estás en la calle, desconectado. Pero cuando estás «online» puedes desconectar, apagar a los otros, a los extraños, comunicar solo con quienes te interesan, de tal manera que acabas habitando una cámara del eco, donde todo lo que escuchas no son más que ecos de tu propia voz. O un salón de los espejos, donde todo lo que ves no son más que reflejos de tu propio rostro. No está predesignado que internet debería actuar en la dirección de que la gente se adapte al multiculturalismo, sino que estaría actuando exactamente en la dirección contraria.
Otras opciones sobre la mesa son movimientos como el de los indignados, que pretendían resistir en las calles hasta que sus exigencias fueran atendidas, tratando de restaurar la democracia directa, que Aristóteles definió con hermosas palabras. Pero hasta el momento no hay evidencias de que resultaran eficaces. Sucedió también la Primavera Árabe, pero estamos todavía esperando, y lo que de momento tenemos en gran medida es un nuevo invierno árabe. Wall Street fue ocupado, pero en realidad no tomaron nota de ello, y siguió actuando como antes. Es decir, no tenemos la menor prueba de que sean eficaces. Sí me gustaría traer a colación una idea lanzada porBenjamin Barber, un estudioso de la ciencia política, que plantea qué ocurriría si los alcaldes gobernaran el mundo…
—¿Como el nuevo alcalde de Nueva York?
—También tienen un alcalde en Madrid, seguro.
—Claro.
El futuro está en las ciudades, en los alcaldes
—¿Qué es lo que plantea? La cúpula del sistema político, que son los gobernantes del país, no están a la altura, no tienen las capacidades para responder a las exigencias de un mundo interdependiente, y para resistirse a las fuerzas de la globalización, que afectan al destino de sus ciudadanos. Sin embargo, a una escala mucho más baja, al nivel más bajo, pequeños políticos, políticos individuales, no les exigimos que ofrezcan soluciones individuales a grandes problemas sociales. Somos expertos a la hora de movilizar nuestro propia energía, nuestro propio talento, nuestra propia ingenuidad, nuestros propios recursos… para tratar de resolver para nosotros y para nuestras familias los problemas creados muy lejos de nosotros. Este nivel bajo es demasiado impotente para hacer frente a todo esto, de ahí que la única solución, la única salvación, dice Barber, esté en las grandes ciudades. En los países en desarrollo el setenta por ciento de la población ya vive en grandes ciudades, y en torno al cincuenta por ciento de la población mundial vive en grandes ciudades. Es un poder creciente. Las ciudades tiene el tamaño correcto y la densidad de población adecuada para combinar la comunidad en la que se puedan tomar decisiones cara a cara, para que la gente se reúna, y para que asuma sus obligaciones morales que plantea vivir con otros, para adoptar decisiones en las que se tengan en cuenta las razones del otro.La sociedad es abstracta, moralmente insensible, pero estas divisiones se puden corregir a escala de las comunidades urbanas.
—Saskia Sassen ha escrito acerca de ello.
—Sí, hay mucha gente trabajando y pensando en el papel de las ciudades como un agregado humano con el tamaño adecuado y el número adecuado de gente para hacer frente de forma eficaz a los problemas que se han creado. Hay muchas propuestas sobre la mesa, y no todas son igual de convicentes. Pero el presente nos muestra que la gente está verdaderamente preocupada tratando de encontrar soluciones a estas cuestiones básicas y esenciales, que estoy seguro serán el arte, la tarea del siglo XXI: Cómo volver a unir poder y política. La habilidad para hacer cosas y para decidir cómo deben hacerse.
—Para acabar, una pregunta muy breve, ¿quién es Zygmunt Bauman?
—¿Quién soy yo? Una persona muy mayor, que ha vivido en diferentes periodos de la historia. Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que he experimentado grandes momentos de esperanza, de ideas, de promesas. Y eso es lo que soy, lo que he tratado de hacer: darle sentido a todo lo que he vivido.
Fuente:sociólogos.com

lunes, 27 de abril de 2015

DERECHOS HUMANOS(DD.HH)

Kiriko

Vea esta interesante entrevista a cerca de la llamada "revolución sexual"...una "moda" que pretende imponerse en todo el mundo

"El sexo salvaje y el "género" buscan destruir la familia y crear un nuevo orden mundial"


"El sexo salvaje y el "género" buscan destruir la familia y crear un nuevo orden mundial"
Fuente:Portal luz.org

Por:Tampi /portaluz

Entrevista con la tenaz socióloga alemana, escritora y conferencista, Gabriele Kuby: "A través de la revolución sexual global la élite del poder ataca el orden de la creación y, al hacerlo, a la humanidad entera"

La alemana Gabriele Kuby, nacida en Constanza el año 1944, madre de tres hijos, es una socióloga de profesión y autora de ensayos relacionados con la educación y la sexualidad. Su largo compromiso con el movimiento estudiantil alemán surgió el año sesenta y ocho. Luego Gabriele Kuby se convirtió y entró en la Iglesia católica recibiendo el sacramento del bautismo el 12 de enero de 1997, fiesta del Bautismo de Jesús. Su primer libro ( Mein Weg zu Maria - Von der Kraft lebendigen Glaubens , Mi camino hacia María - Por la fuerza de la fe en la vida) fue un best -seller.
 
Como analista centra su atención en los callejones sin salida visibles en la sociedad moderna, señalando una vía abierta hacia una nueva conciencia de la experiencia cristiana. Su único libro publicado en Italia es La Revolución de Género. ConRelativismo en acción (Cantagalli, 2008) lanzó un grito de alarma a los Estados miembros de la Unión Europea: en todo ámbito de la vida pública debe ser reconocida como fundamento de la familia, la diferencia sexual entre hombre y mujer. Su último libro publicado en Alemania hace un año atrás, “La revolución sexual global”, da el contexto a la entrevista que presentamos. En él la socióloga alemana establece reflexión sobre la destrucción de la libertad en nombre de la libertad.

Iniciando su entrevista con Tempi (Italia) señala: "El 31 de septiembre 2012 tuve el privilegio de entregar personalmente una copia del libro al Papa Benedicto XVI, y para mí fue un gran estímulo oírle decir «Agradecemos a Dios por lo que dice y escribe»".

 
Sra. Kuby, comencemos con la denuncia de su último libro “La revolución sexual global”: ¿Cuál es la razón que le ha llevado a escribirlo?
Constatar que la liberalización de las normas sexuales es hoy la primera línea de lucha cultural. Yo pertenezco a la generación del ‘68, y participé activamente en aquel movimiento. Pero después de mi conversión cayó la venda de mis ojos. Después del libro publicado el 2006, dedicado a la revolución del "género", continué recogiendo material y en ese momento sentí la necesidad de exponer la evolución de esta ideología, porque todo el mundo está sintiendo los efectos de la inversión de valores, como la destrucción de la familia. Pero son pocos los que están conscientes de que detrás (de la ideología) se esconde una estrategia de la élite del poder, que opera desde las Naciones Unidas, la Unión Europea y las altas finanzas.
 
Concretamente, ¿cuál es el mensaje que intenta transmitir?
La desregulación de las normas sexuales conduce a la destrucción de la cultura. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 dice que la familia es el núcleo de la sociedad y que para permitir su existencia, es necesaria una regulación moral. Pero hoy con todas las agresiones que los niños reciben a través de los medios de comunicación, Internet y el tipo de educación sexual obligatoria que se imparte en las escuelas, es difícil que puedan convertirse en adultos maduros, capaces de asumir la responsabilidad de ser madres y padres.
 
¿Por qué en el subtítulo del libro acentúa la libertad y la destrucción que en nombre de ella se hace?
La exaltación filosófica del individualismo proviene desde la Ilustración y en el siglo XX nos imponen la dictadura de considerar la libertad, o más bien la libertad absoluta, como el valor más importante; sin embargo, en nuestro mundo, que está condicionado por los límites, eso no existe. La desregulación de las normas sexuales se le presenta al ser humano como una parte de esa libertad. ¿Pero qué sucede realmente cuando el impulso sexual está fuera de control?... Que el otro es considerado simplemente como un objeto de la propia gratificación sexual. Los datos señalando que en nuestra sociedad una de cada cuatro niñas y uno de cada diez niños son agredidos sexualmente, muestran lo que ocurre como resultado del hecho de que ya no se enseña el autocontrol. El caos social resultante exige un constante mayor control por parte del Estado... Lo indicó Platón,hace 2.400 años, que esta situación conduce a la tiranía.

¿Por qué en el libro se refiere tanto a la novela de Aldous Huxley publicada el año 1930, Un mundo feliz?
Es fascinante leer hoy esa obra profética, en la que los hombres son productos de laboratorio y formados a través de los medios de comunicación y los psicofármacos para ser felices; donde los niños se entretienen con el sexo a la par de los adultos y donde todo está controlado por "Ford", "nuestro Señor". Originalmente Huxley había pensado que su "fantasía" ocurriría 600 años después, pero ya en 1949 ese futuro se había reducido a un centenar de años. Sin embargo no era aún posible todo lo que está permitido hoy (selección prenatal, maternidad subrogada, la manipulación genética, progenitor 1 y progenitor 2); pero Huxley era muy consciente de que la verdadera revolución ocurre en el corazón y la mente de la persona.
 
¿Cuáles son en su opinión las razones de la crisis de nuestra civilización?
La diferencia decisiva se produjo con la Revolución Cultural de los setenta. Promovida por estudiantes, hijos de la burguesía, la rebelión se basó en tres impulsos: los jóvenes se sintieron atraídos por las teorías marxistas (a pesar del muro de Berlín y los tanques soviéticos en Praga, en contra de la democracia); en segundo lugar estuvo el feminismo radical, que buscaba liberar a las mujeres de la "esclavitud de la maternidad" (éstas son las palabras utilizadas por Simone de Beauvoir ); el tercer impulso fue el de la "liberación sexual". Las palabras de moda en este sentido fueron: Cuando tu sexualidad sea “liberada”, habrás derrumbado cualquier tipo de condicionamiento moral, entonces se podrá construir una sociedad libre de la opresión. Esa generación, la mía, falló en el intento de involucrar al "proletariado", realizando una verdadera "carrera dentro las instituciones". Tanto es así que lo que antes era un movimiento de oposición, hoy es la política oficial de las grandes organizaciones internacionales, de muchos gobiernos nacionales, no sólo de la izquierda. Y los medios, que marcan pauta, siguen esta "agenda".
 
En sus conclusiones realiza una referencia interesante al libro del erudito belga Marguerite A. Peeters, La globalización de la revolución cultural occidental
No sólo interesante, sino fundamental, porque me abrió los ojos. Por mi parte, me he centrado en el núcleo de esa revolución: la desregulación de las normas morales sobre la sexualidad. La revolución sexual global está promovida por las élites en el poder. Ya he mencionado a la ONU y la Unión Europea, pero al hablar de estas hay que referirse también a toda una impenetrable red de otras organizaciones ocultas: las que forman parte de los grupos industriales globalizados, las grandes fundaciones como la Rockefeller y Guggenheim, la gente muy rica como Bill y Melinda Gates, Ted Turner y Warren Buffett, o las organizaciones no gubernamentales de gran tamaño como la Federación Internacional de Planificación de la Familia (Planned Parenthood Federation) y la Unión Internacional de lesbianas y gays (ILGA). Todos estos individuos trabajan en los niveles superiores de la sociedad disponiendo para ello de enormes recursos económicos. Y todos tienen un interés común: reducir el crecimiento de la población en este planeta. El aborto, el control de la natalidad a través de los anticonceptivos, la destrucción de la familia: todo esto sirve para el propósito de crear un nuevo orden mundial.
 
¿Cuál es entonces el papel de "La perspectiva de género" en este contexto "revolucionario" globalizado?
El concepto de "Género" presupone que cualquier orientación sexual -heterosexual, homosexual, bisexual y transexual- es equivalente y debe ser aceptada por la sociedad. El objetivo es la superación de la "heterosexualidad forzada" y la creación de un hombre nuevo, que se permita la libertad de elegir y disfrutar su identidad sexual, con independencia de su sexo biológico. Cualquier persona que se opone a esto, individuos o estados, se les discrimina rotulándolos como "homofóbico”. Se trata de un ataque mundial contra el orden de la creación y, así, a toda la humanidad. Esto destruye las bases de la familia, entregando al déspota de turno a la persona que ya no es capaz de reconocer si es hombre o mujer.
 
En su último libro usted ataca fuerte a la pornografía y a quienes la toleran.
Sí, porque la pornografía es una droga y, como tal, es adictiva. Una droga que destruye la capacidad de amar y de asumir la responsabilidad de ser padre y madre. Además constituye un plano inclinado en el que es fácil caer hacia el abismo de la criminalidad sexual… que termina por involucrar también a los niños y a los jóvenes. Al respecto, en Alemania las cifras son alarmantes: el 20 por ciento de los adolescentes entre 12 y 17 años "consumen" a diario pornografía, el 42 por ciento por lo menos una vez a la semana. ¿Qué personas se pueden formar en estas condiciones? Y es difícil entender el por qué la Unión Europea ha demostrado ser tan agresiva contra el tabaquismo, pero no hace nada para evitar el embrutecimiento que causa la pornografía.
 
En esta situación de "revolución sexual global", ¿cuál es la tarea de los cristianos?
Esto es obviamente un asunto que nos concierne a todos. Nos guste o no, lo primero es poner orden en nuestra propia vida sexual, pues la vocación humana se eleva en el amor verdadero, el amor que da la felicidad. De lo contrario usted ni siquiera podrá encontrar la motivación para hacer frente a una batalla como ésta, que es por la dignidad humana, por la familia, por nuestros hijos, por el futuro.

miércoles, 15 de abril de 2015

INTERNACIONAL/ LATINO AMÉRICA

Kiriko

Rafael Correa D. y el Socialismo del Siglo XXI

Un modelo económico Regional para imitar(lo)...?

Rafael Correa, presidente de Ecuador

¿Por qué funciona la "revolución ciudadana" 

de Rafael Correa?


Por: Francisco Herranz
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, define como “revolución ciudadana” la política social que promueve.Ecuador va camino de convertirse en un Estado modélico en una Latinoamérica azotada por sus propias contradicciones.
Y ello se debe, en buena gran medida, a la tenaz política de neodesarrollismo emprendida por el actual presidente Rafael Correa, un economista de origen humilde formado en el extranjero. Se trata de una política muy social que él mismo ha definido como "revolución ciudadana".
Correa llegó al poder en 2006 cuando la nación ecuatoriana atravesaba una inestabilidad política crónica, pues en nueve años habían ya desfilado siete presidentes distintos. El panorama económico de entonces también era lamentable. Los retos a los que se enfrentaba parecían enormes, pero su habilidad y su empeño dieron la vuelta a esa situación y Ecuador vuelve a dirigir su destino.
Estas son algunas de las claves del éxito de Correa:
1. Reducción de la pobreza: Ha sacado a millón y medio de ecuatorianos de la pobreza desde 2007 a 2014, mediante medidas como el denominado Bono de Desarrollo Humano, un subsidio a las personas más desfavorecidas. De forma paralela, ha aumentado la clase media, motor del crecimiento económico.
2. Renegociación de la deuda externa: un problema estructural para Ecuador, que ha supuesto un ahorro de 7 millones de dólares a las arcas del Estado, dinero que ha podido ser invertido en infraestructuras energéticas, transporte, salud y educación.
3. La educación, una prioridad: El reparto presupuestario ha convertido a Ecuador en el país latinoamericano que más invierte en este capítulo. El 5,3% del PIB, unos 300 millones de dólares, se destinan a educación cada año. Eso es una gran apuesta por el futuro que revertirá indudablemente en las nuevas generaciones, mucho mejor preparadas que las anteriores.
4. Creación de un "sistema de rentas internas": La nueva gestión del cobro de impuestos a los ciudadanos ha logrado superar el grave problema de la evasión fiscal, un auténtico quebradero de cabeza y muy habitual en toda la región. La fórmula, que ha triplicado la recaudación, se ha basado en la promoción y la transparencia.
5. Reformas económicas y financieras certeras: Ha favorecido el aumento de sueldos, el cooperativismo y la industria nacional, ha protegido de la usura a los usuarios de los servicios bancarios, ha instaurado un fondo de liquidez para los bancos y ha modificado el estatuto del Banco Central de Ecuador que ahora depende directamente del Gobierno. Ha aprovechado perfectamente las herramientas que tenía disponibles y quería emplear, sorteando el tremendo handicap que supone que la moneda oficial ecuatoriana sea desde 2000 el dólar estadounidense y no el sucre.
6. Establecimiento de políticas públicas: Correa se ha esforzado en defender los derechos fundamentales que se recogen en la nueva Constitución, que data de 2008; ha elevado el nivel de la sanidad lo que ha reducido los índices de mortalidad infantil.
7. Lucha contra el desempleo: Ha cerrado el año anterior con la tasa de desempleo más baja en relación a Perú, Brasil y Chile. Del 10% en 2006, cuando llegó al poder, ha pasado al 4,5% en 2014.
8. Crecimiento sostenido: Hasta el momento, Correa ha tenido la suficiente cintura para mantener el crecimiento, y no amenaza con la aplicación de ajustes que desatan las protestas ciudadanas, como es el caso de Brasil o Argentina. Ahora, no obstante, la coyuntura ha variado sustancialmente. En especial porque el precio del petróleo —principal fuente de riqueza de Ecuador, que es miembro de la OPEP- ha caído de forma abrupta, lo que va a tener un fuerte impacto en los presupuestos del Estados y el balance de las exportaciones.
9. Débil oposición: La hegemonía correísta concentrada en su partido —alianza PAIS- se ha consolidado gracias a una oposición que ha dado muchas muestras de estar dividida y debilitada. Desarticulados los partidos históricos como Izquierda Democrática (socialdemócrata) o el Partido Social Cristiano (conservador) y sin relevo de líderes nacionales, las recientes elecciones locales de 2014 han sacado a la luz a distintas figuras opositoras —alcaldes y prefectos- que en ningún caso suponen todavía ninguna amenaza.
Pero, a pesar de todos estos logros, todavía hay mucha materia en la que se puede y debe trabajar. Aunque se han hecho inversiones en materia policial, las tasas de inseguridad son demasiado altas en Quito y Guayaquil.
Otro tema no menos importante es la falta de tolerancia y el fuerte carácter del presidente en cuanto a su relación con la prensa y los medios de comunicación. La cuestión ha terminado convirtiéndose a la postre en el talón de Aquiles de su gestión, concretamente desde que en 2011 estalló el caso del diario El Universo y posteriormente en 2013 con la aprobación de una polémica Ley de Comunicación. Así, según la última clasificación sobre libertad de expresión que publica Reporteros Sin Fronteras, Ecuador ha caído 13 puntos y se sitúa en el puesto 108º de los 180 evaluados.
También se discute mucho el tema de la alta concentración del poder en manos del Estado, pues ya existe una economía demasiado dependiente de las estructuras públicas.
Los ciudadanos ecuatorianos también recuerdan una de las banderas de la primera campaña electoral de Correa, la defensa a ultranza del Parque Nacional de Yasuní. El presidente ecuatoriano se comprometió a proteger esta reserva ecológica, en plena cuenca amazónica, donde existen grandes reservas de crudo. Para ello propuso que las "economías desarrolladas" mundiales pagaran a Ecuador cada año una compensación económica —en forma de proyectos de energías renovables, conservación del bosque y desarrollo social en las comunidades indígenas- para poder mantener así ese territorio libre de la explotación petrolera. El plan no fraguó por falta de contribuciones internacionales y en 2013 Correa anunció entristecido que tenía que abrir algunos pozos en el parque, unos yacimientos que supondrán unos ingresos de 18.000 millones de dólares para los próximos 30 años.
Finalmente, su peculiar política exterior, que fideliza las alianzas bolivarianas con los gobiernos de Venezuela y Cuba, le ha supuesto un cierto aislamiento en la arena internacional, en especial de cara a Estados Unidos.
¿Cuáles son las perspectivas de futuro del propio Correa? La Constitución le impide una segunda reelección (art. 144) pero tiene legitimidad democrática hasta 2017 para seguir levantando su "socialismo del siglo XXI". No parece demasiado atrevido apuntar que querrá dejar bien sentadas las bases de su "revolución ciudadana" para luego saltar a la palestra política regional y construir un bloque latinoamericano potente e influyente en el mundo, desarrollando las instituciones como el ALBA o Unasur.






martes, 7 de abril de 2015

NACIONAL

Kiriko

Gobierno Regional de Apurimac se solidariza con los hermanos damnificados de Chosica

GOBIERNO REGIONAL DE APURÍMAC, ENTREGO 25 TONELADAS DE PAPA A DAMNIFICADOS DE CHOSICA.


Envían 30 toneladas de alimentos a damnificados de Chosica
Fuente:Diario El Pregón

chosica---apurimac
El Mag. Wilber Venegas Torres, Gobernador Regional del Gobierno Regional de Apurímac, preocupados por las necesidades difíciles por las que vienen atravesando cientos de damnificados, a consecuencia de la catástrofe natural suscitado en el distrito de Chosica de la Región Lima. Pudo concretar la entrega de 25 toneladas de papa andahuaylina. Entrega efectuada el jueves 2 de abril del 2015.
Fue el Sr. Alejandro Huaraca Huamani Vicepresidente del Gobierno Regional de Apurímac, así como el Director Regional de Defensa Nacional y Defensa Civil de Apurímac Lic. Edwin Benjamín Samanez Carrillo, quienes en representación del Gobierno Regional de Apurímac, cumplieron con la entrega de las 25 toneladas de papa al alcalde del distrito de Chosica, producto que estará beneficiando a cientos de moradores de la localidad de Moyopampa, una de las zonas más afectadas por los huaycos.
Los moradores de las localidades de Moyopampa, Mariscal Castilla, y el Pedregal, fueron quienes reconocieron importante acción del Gobernador Regional de Apurímac.
Sobre el particular el alcalde de Chosica Luis Bueno Quino, agradeció a nombre de cientos de damnificados del distrito de Chosica, de las zonas afectadas por las intensas lluvias ocasionando fuertes huaycos, ocasionando la destrucción de cientos de casas, y la perdida de varias vidas.
Don Lucho Bueno expreso que a pesar de ser una Región, con muchas necesidades, hoy está presente con los hermanos de Chosica, identificándose con los principales necesidades de los ciudadanos de esta localidad. “particularmente yo como abanquino, me siento muy agradecido por esta actitud, en verdad muchas gracias amigos del Gobierno Regional de Apurímac”. Fueron las palabras de la autoridad local.papasapurimac
Fuente:Gobierno Regional de Apurimac